La modificación más objetada por las entidades financieras sería el aumento en los ingresos variables para las compañías, al establecer una nueva fórmula de pagos, donde los pasajeros transportados tienen más injerencia en la ecuación.
Convencer a los bancos que financiaron las inversiones de las empresas de buses del Transantiago para que acepten modificaciones a contratos vigentes sería una de las nuevas tareas a las que estaría abocado personal del Ministerio de Transportes, señalan fuentes conocedoras de las conversaciones.
Es que con el objeto de reestructurar el sistema de transportes capitalino en su totalidad, la cartera dirigida por Pedro Pablo Errázuriz, optó por apoyar a las firmas troncales en sus procesos de negociación con quienes financiaron su entrada al Transantiago a través de préstamos. Esto, luego de existir consenso en la mayoría de los puntos a modificar en los acuerdos que mantienen las empresas con el Estado y que tienen validez hasta 2020.
Tal sería el caso de SuBus –controlada por los colombianos de Fanalca, que opera el troncal 2–, firma que llevó conversaciones con su banco, el inglés HSBC, para obtener la autorización que permita firmar nuevos acuerdos. De esta forma, durante la semana pasada visitaron Chile representantes de la entidad financiera, quienes recibieron una explicación sobre cómo funcionarán los nuevos contratos por parte de personeros del Ministerio.
El principal de los cambios, y que crearía incertidumbre en los bancos, es el aumento en los ingresos variables para las empresas, al establecer una nueva fórmula de pagos, donde los pasajeros transportados tienen un mayor peso en la ecuación, a diferencia de los actuales contratos.
Cabe recordar, según indican fuentes de la industria, que cuando el entonces ministro de Transportes del Gobierno de Michelle Bachelet, René Cortázar, buscó modificar los contratos con los troncales, encontró resistencia del HSBC, entidad que mantenía créditos con SuBus y Alsacia, del Grupo Ríos. Esta última, ahora, deberá presentar la propuesta a sus bonistas, quienes deberán aceptar los cambios.
(Fuente: Estrategia)