Dos años han pasado desde que perdieron a sus veinte familiares en aquel trágico accidente protagonizado por un bus interprovincial en el kilómetro 45 de la Autopista del Sol. Claudia Marchant es una de las víctimas y vocera de la agrupación que se formó tras el incidente. Con tres hijos pequeños, ha tenido que sacar adelante a su familia luego de perder a su esposo, el contador auditor Rubén Leiva, cuya muerte –confiesa- aún resulta “muy difícil” de sobrellevar.
“Cómo le explicas a un niño chico qué pasó”, explica Claudia y subraya la responsabilidad que, en su opinión, tendrían los propietarios de la máquina siniestrada.
Todo ocurrió la mañana del 23 de noviembre de 2010. La máquina de la empresa Tur Bus perdió el control colisionando con un camión de la pista contraria, transformándose en uno de los peores accidentes carreteros que se han registrado en el país.
Desde esa fecha hasta ahora, el hecho es investigado por el fiscal de Talagante, Leonardo Tapia. Claudia Marchant reconoce que “hay trámites que se han realizado”, sin embargo, asegura que aún no existen resultados concretos.
LA DILATADA INVESTIGACIÓN DE LA FISCALÍA
El proceso ha sido largo. Tras el primer informe de la SIAT de Carabineros, que no los dejó conformes, los familiares solicitaron un segundo peritaje a cargo de un ente privado, el que tampoco los dejó conformes. Finalmente, se aprobó encargar un nuevo estudio, el cual fue liderado por la Facultad de Ingeniería Mecánica y Metalurgia de la Universidad Técnica Federico Santa María. Según Claudia, este documento llegó a sus manos hace unos seis meses.
“Sabemos que hubo falla mecánica, eso lo arroja el informe. No voy a decir específicamente qué cosa, pero si. Tal como nosotros lo pensamos desde un primer momento, nuestra intuición nos dijo ‘sigan luchando porque hay algo aquí extraño’”, precisó.
Fuentes del Ministerio Público señalaron que la investigación está vigente, pero en etapa desformalizada, es decir, no existen inculpados ni mucho menos presentación de cargos. Asimismo, confirmaron la existencia de este último peritaje encargado a la casa de estudios porteña, el cual resultaría clave.
“Yo creo que fue algo que tuvo dolo eventual. Se sabía que había una falla y permitieron que el bus siguiera circulando”, señala Claudia con tristeza.
“A ese bus le decían la lavadora porque hace rato presentaba fallas”, acusó la ahora vocera de las víctimas.
TUR BUS: “CARABINEROS ESTABLECIÓ QUE EL ORIGEN FUE UNA FALLA HUMANA”
Al respecto, la empresa señaló por escrito que “hasta el minuto el informe de la UTFSM no se ha dado a conocer. La investigación está en curso y serán los tribunales los que determinarán finalmente cuáles fueron las causas de este accidente. A la fecha, es de público conocimiento que el informe pericial realizado por la Sección Investigadora de Accidentes de Tránsito (SIAT) de Carabineros habría establecido que el origen del accidente estaría en una falla humana”.
Agregan que apenas ocurrido el accidente, “entregamos los antecedentes y documentos que avalaban que el conductor se encontraba con sus jornadas y horas de descanso al día y que la máquina transitaba dentro de la velocidad permitida. Asimismo, el bus contaba con cinturones de seguridad, con su documentación, permisos, revisiones técnicas y mantenciones al día”.
Si bien las víctimas descartan pedir indemnización porque dicen no estar dispuestos “a vender a ninguno de nuestros seres queridos”, Tur Bus precisa que “la empresa siempre ha estado dispuesta a conversar con los familiares al respecto y desde el primer día mantiene sus puertas abiertas para entablar cualquier tipo de diálogo”.
Requeridos sobre la seguridad de las máquinas de la empresa, Tur Bus explica que la totalidad de estas cuenta con GPS y cinturón de seguridad de seguridad, pese a que la ley lo exige sólo para aquellos que se fabrican después del año 2007.
Indican que cuentan un área especial de control de seguridad en ruta, “que fiscaliza la velocidad, el descanso de las tripulaciones, realiza controles de alcotest en terminales y fija en coordinación con otras áreas restricciones internas en zonas que pueden presentar algún riesgo vial”.
“MI HIJA TODAVÍA ME DICE EXTRAÑA A SU PAPÁ”
Claudia Marchant es profesora del Colegio Gabriela Mistral de San Antonio. Sin embargo, ya no ejerce a plenitud como solía hacerlo antes del accidente, sino que de inspectora. Esto a causa de una larga licencia médica que se tomó producto del impacto emocional que le causó la tragedia.
“Estuve con medicamentos, muy mal”, confiesa acongojada.
No obstante, relata que la situación más difícil tras la muerte de su esposo debe enfrentarla a diario con sus hijos, quienes aún no comprenden del todo la partida de su padre.
“Mi hija todavía me dice, extraño a mi papá, y la veo llorando en las esquinas. Cuando tenga la licenciatura del kínder, todos los niños van con sus papás, a veces los papás son separados pero igual se presentan”, explica la mujer al borde de la emoción.
Asegura que como familia quedaron muchos proyectos inconclusos, como el de comprar un departamento en Santiago o Viña del Mar. De hecho, Rubén había finalizado hace muy poco un magister en administración.
“Él no alcanzó a ver su nota de terminó de estudios”, explica Claudia. La misma que sólo busca saber la verdad, la misma que visita a menudo el kilómetro 45, el que hoy luce como un verdadero memorial.
Cynthia Rosales – Terra
es muy posible que fuera una falla mecanica.
un verdadero misterio del accidente en la autopista del sol, ademas mantiene en la memoria de accidente en la autopista del sol, esperemos la justicia llegara muy pronto.